domingo, 27 de marzo de 2016

Escalada Pared Negra de Orihuela (Espolón Directo salida Código Vertical)

Espolón directo, salida código vertical 6A,155 metros.

Desesperados por que nos quieran
Hay algo que nunca se aprende, pero que nuestro subconsciente sabe perfectamente, y es que lo único que queremos con verdadero fervor es que nos quieran. Todos, mujeres y hombres nos desesperamos por que nos quieran y por relacionarnos, nos sentimos fácilmente descartables y abandonados a nuestra suerte, deseosos de relacionarnos y huir de la soledad en los momentos difíciles. No hay problema por esto, salvo que acabamos inhibiendo nuestras creencias, nuestras normas y en definitiva nuestra chispa o fuerza interior, nos domina el miedo y ya no somos espontáneos, acabamos como marionetas que tratan de quedar siempre bien y de agradar al otro, por miedo al rechazo. Si te preguntas si te han querido alguna vez plenamente, la respuesta casi siempre será que no, esta pregunta equivocada que alguna vez nos habremos hecho, merma nuestra autoestima y nuestra espontaneidad, nos marchitamos por dentro sin ayuda exterior. Nuestros procesos vitales se activan ante nuevas relaciones, algunos se lanzan de cabeza al amor al prójimo por puro placer, renunciando a si mismos para librarse de la presión de no ser apreciados, dedicamos tanto tiempo en complacer a los demás que nos olvidamos de nosotros mismos. Tal vez esto sea la esencia del club. 

  
Cuatro cordadas de nuestro club "Granito" tomamos al asalto la Pared Negra, al Espolón directo, Valentín y Viki en una cordada y  Loli y yo en  otra ,a la "vía Fenor o derecha del espolón" Marta, Monica y Olga, a "Código Vertical" Ewaldo y Manolo (flaco).


 Ewaldo y Manolo se preparan, mientras Viki comienza el primer largo del espolón, este largo tiene su primera chapa por lo menos a ocho metros, es de IV+ y bien podría ser de vº, ya que las chapas alejan un poquito, hay quien se lleva  algún friend para reforzar  la vía. Las reuniones son cómodas y están equipadas. Abajo Viki llegando a la primera reunión.



Arriba vemos a Ewaldo asegurando al Flaco en "Código Vertical"y abajo en el segundo largo de esa vía, un V+  con 55 metros bastante mantenidos.



Arriba Loli llegando a la segunda reunión después de pasar el diedro, en este largo las cuatro primeras chapas agrupan la mayor dureza, después afloja hasta el diedro, que impone mucho más de lo que es. 



Arriba y abajo nuestras compañeras Marta, Olga y Mónica en "Derecha del espolón", nosotros teníamos una visión panorámica del resto de las cordadas.



Arriba Loli iniciando el cuarto largo y abajo Valentín acercandose al techo de salida de "Código vertical", un 6A asequible, pero que le da un puntazo para finalizar la vía. 


La siguiente secuencia, refleja el cuarto largo de "Código vertical", un V+ mantenido, que quizás sea más laborioso que el famoso techo. 



Arriba estoy saliendo del techo, con todo el patio bajo mis pies y Loli asegurándome desde la reu, abajo mi amigo Valentín felicitándome, esto ya me recompensa lo suficiente.



Al finalizar, tenemos que tomar un camino de hitos a nuestra derecha, llegamos a un cable (fotos de arriba y abajo), bajamos por unas gradas y encontramos los rapeles de bajada.


El primer rapel tiene unos 25 metros, que nos deja en una plataforma con un pequeño camino que nos deja sin ninguna perdida en otro rapel de 60 metros.


El club ayuda a comunicarnos, a compartir, a que nos vean y escuchen, pero sobretodo a escuchar y ver a los demás.

Escalada Redován (Espolón PDP)


Espolón PDP, 500 metros, V+
No nos atrevemos a hacer muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles porque no nos atrevemos.
Vía larga y comprometida, no solo por el enorme recorrido, sino por lo mantenido de su grado (según el aperturista de toda la escuela de Redován "El Botri", esta vía está graduada a la baja). Hay que echarle tiempo y controlar el agua y la meteo. Se nos hacía una empresa muy grande y llevabamos tiempo queriendo asaltarla, y por fin lo conseguimos. 

Desde el polideportivo de Redován, en veinte minutos, por una senda marcada por carteles y sin ninguna perdida llegamos al pie de vía, todas las vías tienen el nombre y el grado puesto, una labor que debemos al Botri, que lo ha hecho todo de forma desinteresada y con su propio dinero.
Dos cordadas iniciamos el asalto, Valentín (foto de arriba) y Viki en la primera, Loli, Javi y yo en la segunda. Los dos primeros largos son de v+ mantenidos y exigentes, sobre todo el apretón que hay que dar antes de entrar a la primera reunión y el techo del segundo largo, que también hay que apretar.

En la foto de abajo, Javi saliendo de la fisura que hay antes de la primera reu.



Arriba Javi saliendo de la primera reu en dirección al techito, hay que apretar otro poquito, luego la reu está cerca. Todas las reuniones son bastante cómodas excepto la quinta, pero tampoco es incomoda, están todas con anillas y cadenas, la vía esta completamente equipada y no se necesitan cacharros. Abajo Javi en uno de los largos de Vº, todos muy mantenidos y con algún apretón extra.




Arriba Viki asegurando a Valentín y abajo también Viki haciendo lo propio en el 5º largo, que es una preciosa travesía ascendente a derechas con mucho patio y mantenida en grado. 

 Arriba y abajo Loli y Javi llegando a la sexta reunión, antes de la travesía andando, en todas las travesías te puedes desencordar y acercarte a la siguiente tirada, hay unas flechas que te indican el camino.

El sexto largo es el más estético y quizás el más duro, fué el que más nos gustó, pero el más exigente, posiblemente también por la cantidad de metros que llevabamos, pero empieza por una placa muy vertical y con los agarres justos, para entrar en una bavaresa que empieza a desplomar, justo en ese momento afloja y nos dirije a un techo que asusta al mirarlo, pero no tiene nada que ver con el del segundo largo, se hace muy bien, luego la reunión sin complicaciones. Abajo Javi saliendo de la bavaresa en dirección al techo.
  



En el último largo hay que salir en ensamble con cuerda de 60 metros, a las últimas tres chapas son fáciles pero verticales. Una vez en la reunión desplazarse unos metros a la izquierda hasta encontrar unas marcas verdes y blancas, que nos llevarán sin perdida ninguna hasta el coche, junto al polideportivo, que es donde comenzó nuestra larga  aventura.
Después de un esfuerzo tan grande la visión de La Vega Baja nos reconfortará un poco, aunque a Javi, la enorme bajada le repararía alguna sorpresa que quizás otro día contaremos. Aún así fue un placer para el cuerpo y el alma.   


















domingo, 13 de marzo de 2016

Esquí de travesía Gredos (El Calvitero desde La Covatilla)


Esquí de travesía al Calvitero

Esquí de montaña, una historia de amor
Llevaban tiempo queriendo venir, probarlo, sufrirlo, el mal de la montaña ya pertenecía a su manera de vivir, sólo quedaba el empujón y sucedió, se atrevieron. Dice  Paulo Cohelho, que en toda historia de amor siempre hay algo que nos acerca a la eternidad y a la esencia de la vida, porque las historias de amor encierran en sí todos los secretos de la vida.Ésta es una historia, de amor por las montañas y de descubrir otra forma de ver nuestro entorno y a nosotros mismos. 

Preparándonos como si de una fiesta se tratara, ajustando las cámaras, las fijaciones, las focas y nuestros cerebros, pues entre nosotros había noveles en las artes del esquí de montaña, aunque no en otras disciplinas montañeras (de las que doy fe que son auténticos expertos). Salimos de los 2000 metros de altitiud de la estación, para llegar a los 2400 del Calvitero, por una muy suave y mantenida subida.




Arrancamos por suaves pendientes intentando seguir la valla de la estación de esquí por su parte derecha, nosotros hacíamos zig-zag ganando altura, para intentar separarnos de bullicio de la estación.   






En pocos minutos otra valla por la derecha nos cierra el paso, cruzamos al otro lado y seguimos con tendencia a la derecha ganando terreno entre las dos vallas.






LLegamos a un enorme plató, es el momento de dejar la valla de la estación y girar a la derecha con la vista del Calvitero al fondo, vamos ganando altura con tendencia a derechas (con perdón) y flanqueando suavemente sin ninguna complicación.






Al llegar al cordal que une El Calvitero con la estación de esquí, perderemos la inclinación y se convertirá en un suave paseo hasta la cima.



 Tiempo  para jugar, fotos, intentos de trepar y recordar nuestras otras artes montañeras, saltar,  pequeños momentos de felicidad, ¿por qué sino vamos a hacer esto?.



Aunque mucha gente se vuelve a la estación de esquí para bajar por las pistas, nosotros decidimos disfrutar de la suave y disfrutona bajada, por el mismo camino de subida, y por el mismo sitio por donde los "otros" esquiadores jamás bajarán.
Abajo, los intrépidos "Graniteros", felices como perdices, después del bocata claro.