jueves, 30 de junio de 2022

Noruega en furgo 6 (Entrando en el Circulo Polar Ártico)



Paseando por Noruega 6 ( cruzando el Circulo Polar Ártico)

No, no vamos a tomar el Circulo Polar Ártico como una meta, no queremos llegar lo más lejos posible, ni lo más alto, la meta es el viaje en si. La propia carretera es de por si un espectaculo, puentes, tuneles de 10 Km., rotondas dentro de los tuneles, tuneles en espiral, paisajes espectaculares donde no sabes si parar aquí o allá, donde mirar o que fotografiar; ya sólo nos parabamos donde la luz, las nubes o el propio paisaje jugaba con nosotros, de lo contrario hubiéramos necesitado dos vidas para contarlo.






A las doce de la noche y dejando de llover.





Entramos en Trondheim buscando una lavandería, necesitábamos hacer la colada, la encontramos y de paso encontramos una preciosa ciudad, ¡cuantas nos habremos perdido por el camino!, lo dicho dos vidas para conocer este pais.








Ya estamos cruzando el circulo polar y el paisaje comienza a cambiar, es distinto, pero tiene su encanto.
 Nos dirigimos a Bodo a coger otro ferry para llegar al otro plato fuerte del viaje, Las Lofoten, pero Bodo también nos cautivó. No parábamos de sorprendernos.





La carretera del Atlántico Norte, una famosa obra de ingeniería, pero será que nuestros gustos no son tan urbanos, no sé, pero a nosotros no nos impresionó tanto, bueno está vista y seguimos.








 

martes, 28 de junio de 2022

Noruega en furgo 5 (Loen)


Paseando por Noruega 5 (Loen)

Loen o la joya de la corona, Loen y sus alrededores, todo por festejar, todo por recorrer, nos reconciliamos con las cosas que nos rodean en Loen, con la naturaleza. Estamos manteniendo una guerra con la naturaleza, en lugares como Loen sabes que estas de su parte, te sientes mucho más cerca de ella.

Decía Emerson que la naturaleza nunca se apresura, se toma su tiempo, átomo a átomo logra su trabajo, en armonía, ¡Que prisa tenemos en romperlo!. Loen está muy cerca de esta armonía natural.


Tomamos el ferry otra vez, y nos dirigimos hacia Gaupne, desde allí nos fuimos al centro de interpretación de Jostedalbreen, después de aparcar junto al lago que hace de desague del glaciar Jostedalbreen, en una sencilla marcha sin ninguna dificultad técnica para la gente montañera, nos dirigimos hacia la lengua del mismo, en unos tres cuartos de hora se llega, pero una barrera unos 500 metros antes de llegar te lo impide pues a partir de este punto está complicado continuar. Pero una vez pasado el lago y si en vez de continuar por el camino indicado, sigues bordeando el lago hasta ver una pasarela que cruza el torrente que llega del glaciar al lago, puedes seguir por este camino hasta el mismo glaciar, es el lugar por donde suben los guias con sus clientes. Como siempre las dimensiones de estos glaciares siempre impresiona y no hay foto que le haga justicia.






Continuamos nuestro camino hasta Loen, queríamos hacer la famosa ferrata de loen, no por su dificultad técnica, no por sus increíbles vistas, no por su famosa pasarela de 150 metros volada sobre un precipicio de casi 900 metros, ni por su brutal bajadón, fue por todo, nos dejó sin palabras.







La ferrata tiene algunos pasos de IV+ protegidos solamente con el cable de acero, una ferrata casi sin grapas, toca tirar de brazos y escalar en muchos puntos, esto unido a la enorme longitud y la aproximación, corta pero muy intensa, hacen de la ferrata de Loen una actividad a tener en cuenta, si además te bajas andando, algo que casi nadie hace, casi todo el mundo se baja en el funicular ( que tiene que costar muy caro, como todo en Noruega), pues la bajada no solo es dura de desnivel, sino que cuando llegas casi al nivel del agua del fiordo, todavía te quedan unos seis Km de recorrido hasta el aparcamiento del funicular, que es de donde sale la ferrata. Si aparcas allí, verás que en la parte alta del aparcamiento hay un cartel indicador que te señala el camino sin ninguna pérdida hasta el comienzo, eso si, empinado de verdad.










Aquí dormimos, aunque no lo parezca era un sitio más, nada extraordinario, pues cada noche era algo parecido, llegamos a casi ignorar paisajes como estos, pues casi todo era así, era como si estiviesemos borrachos de paisajes.






Muy cerca también de Loen está el Glaciar Nigardsbreen, la carretera que lleva al glaciar es en sí un espectáculo. Después de aparcar una marcha sin ninguna complicación técnica para nadie, incluso hay una especie de cochecitos para turistas que te acercan casi hasta el lago. Este es un glaciar en clarísimo retroceso, pues hace tan solo cincuenta años, la nieve atravesaba el lago y la nieve llegaba a media ladera de la montaña.









Arriba una muestra de la globalización y del empeño enorme para que grandes masas de gente lleguen a cualquier lado sin esfuerzo, sólo con el esfuerzo de su dinero. 

Abajo otro ferry, seguimos camino y nos vamos de Loen.