martes, 25 de septiembre de 2018

Escalada Caldas de Luna (El Pincuejo) Linea Blanca






Y llegó el otoño

 A las puertas del otoño nos fuimos de viaje, no haríamos otra cosa que lo de siempre, nuestras montañas; cuando la noticia de una muerte  relativamente cercana nos llenó de otoño, sin previo aviso, sin pausa, con sorpresa y siempre de golpe, llegó también a nuestras cabezas, esa sensación que siempre queda justo antes de escalar, pero no tengo miedo a morir. Me conseguí deshacer de esta sensación y ahora siento una liberación de ese miedo que me deja vivir mejor, si, veo que esto me hace sentir mejor. Es como si me hubiese quitado un lastre enorme de encima, es como si sintiese que ya no tengo nada que perder; ya ves, nada especial, nada inalcanzable. Nada reservado sólo a unos pocos. El secreto es tener buenas relaciones , buenos amigos en los que descansar, aceptar a los demás y aceptarte, perdonar,  perdonarte y atreverte, si atreverte a ser tu mismo, intentar ser amable ( no es fácil) y sentirte agradecido siempre desde la empatía. Y no tener miedo a morir no significa que quiera morir. Significa que, mientras esté por aquí, elijo vivir. Recordando a Nietzsche, una persona que tiene un "porqué" para vivir siempre encontrará un "cómo"..No tengo miedo de morir, pero tampoco prisa por morir. Hay tantas cosas que quiero hacer antes. La muerte no es la mayor pérdida, la mayor pérdida es morir por dentro mientras vives  sin ningún propósito.  Lo curioso es que todas las personas creyentes quieren ir al "cielo" o al "paraíso", lo paradójico del caso es que nadie quiere morir. 
No temo a la muerte tanto como temo a sus prólogos: la soledad, la decrepitud, el dolor, la debilidad, la depresión, la senilidad.Después de algunos años de ellos, me imagino que la muerte se presenta como unas vacaciones en la playa." Mary Roach"  .


La vía: Lugar que nos encanta, vía que nos llena, bonita divertida y exigente en su grado, aunque creo que tiene pasos bastante más duros que el V+ del primer largo. Una serie de fisuras y techos nos llevan durante 120 metros y sin descanso hasta casi lo más alto. El primer largo comienza con pasos de IV+ en fisura fácil de proteger hasta una bavaresa invertida, está protegido el paso con una chapa, sigue por una fisura algo más fácil hasta la incómoda primera reunión (colgado). El segundo largo es el más difícil, mantenido y sin pausa (V+), se dirige a un techo donde después de chapar lo pasaremos por su derecha en dirección a un arbolito, sigue por una fisura mantenida hasta la segunda reunión, antes de llegar tenemos el paso (para mi) más duro de la vía, podemos protegerlo con un nº4 a cañón, desplomado y romo en la salida. El tercer largo comienza en una placa con una chapa, fácil hasta un desplome, luego (V+) se salva el techo con buen cazo y se continúa hasta la siguiente chapa cuatro metros encima del techo (pasos finos) giramos a la derecha por una vira hasta tomar una fisura vertical con agarres hasta la cuarta reunión. El cuarto y último largo comienza con pasos de III hasta un techo muy pronunciado, protegido con una chapa, parece el más duro, pero tiene unos agarres tan grandes que se hace fácilmente, unos metros más y reunión final.
Aproximación: desde Caldas de Luna, tomamos la calle que sube junto a la Iglesia hasta el final, hay un hueco para tres o cuatro coches, luego evidente en cinco minutos hasta la pared.
El descenso: Dos rapeles, uno hasta la segunda reunión (ojo con el aire al lanzar las cuerdas) hay que descender con tendencia a la derecha según bajas o no encontrarás la reu, otro hasta el suelo.
Material: Dos juegos de friends, fisureros, 10 cintas y material para reuniones. Las reuniones están montadas con anillas y son muy incómodas excepto la última.
Cordadas: La primera por Marga y Luis y la segunda por Loli, Viki y Fernando.




Arriba Luis chapando el primer paso de V+, abajo una vez superado y llegando a la primera reunión.



En las fotos de arriba vemos a la cordada de Luis y Marga en el segundo largo. Abajo el comienzo para nuestra cordada del primer largo, más abajo el paso de V+ donde hay que desplazarse a la derecha en bavaresa y coger la fisura de subida.






Arriba Loli llegando a la primera reu, abajo comienza el apretado segundo largo con salida fina y paso más fino en la fisura a continuación.





Arriba paso fino para sortear el techo, con chapa y puente de roca bajo el mismo, después el paso duro de entrada en la tercera reu. Yo puse un nº4 para proteger el paso, pero me costó lo mio superarlo, es desplomado y con agarres romos en la salida. Abajo Viki se hizo el tercer largo, que también tiene lo suyo, una placa protegida con chapa un metro antes del desplome, otra chapa unos cuatro metros encima, aunque el agarre es muy bueno hay que apretar por la postura rara en la que te encuentras. Más abajo Viki llegando a una vira que tenemos que coger a derechas hasta situarnos otra vez en la vertical de salida.



Arriba el techo de salida de la vía con Luis y Marga esperándonos, parece el más duro, está protegido por una chapa en la placa y otra en el techo, tiene unos agarres enormes y mucho más fácil de lo que parece.
Luego el paisaje nos reconforta de nuevo. Más abajo Viki  en el techo.










Como ya dije en otras ocasiones, el otoño es una forma distinta de florecer para las plantas, pero igual parece ser para nosotros, el otoño nos trae nuevas perspectivas y un cambio interior que a veces no sabemos identificar, pero sigo pensando que nosotros también florecemos por dentro de alguna manera, el reto es averiguarlo.


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