Paseando por Noruega 2 (Stavanger)
Stavanger sería nuestra siguiente parada, desde Kristiansand, donde desembarcamos, comenzamos nuestro camino hasta esta ciudad, donde sabíamos que en sus alrededores pasaríamos los siguientes dias. Aparcamos en el centro de la ciudad y dormimos allí; no voy a explicar nada sobre dormir, aparcar, llenar y vaciar la furgo, porque en Noruega y con la aplicación Park4night, todo está solucionado con diferentes opciones y en cualquier lugar, solo tenéis que programar el sitio al que os vais a dirigir, elegir la ruta y consultar esta en la aplicación, veréis que hay muchos sitios en el camino para vaciar y llenar y muchos más para dormir, con vistas espectaculares y a cual mejor.
Stavanger es una pequeña ciudad (como casi todas en Noruega) que se puede recorrer andando sin problemas, pasear por sus barrios adoquinados, limpios, disfrutar de sus casa de madera, del puerto y de su enorme tranquilidad. Noruega tiene un enorme parque de coches eléctricos; en las gasolineras hay más espacio para las recargas eléctricas que para los surtidores de gasolina. En las ciudades, los patinetes y las bicis, haga el tiempo que haga, tienen prioridad incluso a los peatones, todo esto es un lujo, puedes oir a los pajaros mientras caminas.
Stavanger está llena de preciosos grafitis, de salas de exposiciones tanto en interior como al aire libre, es un placer pasear por esta ciudad. El primer encuentro con una ciudad en Noruega nos pareció una maravilla, pues no somos muy urbanitas y rápidamente nos agobiamos, pero esta parece una ciudad para pasearla como si estvieses en el campo.
Para nosotros era una visita imprescindible, Preikestolen hay que verlo como sea, aunque después vimos que hay sitios tan hermosos o más que este. Lo primero es que hay que pagar por aparcar (25€), los aparcamientos que había gratis, los han cerrado, han puesto cadenas o piedras enormes, por lo que hay que pasar por taquilla.
Después de una subida muy bien señalizada y sin ninguna complicación técnica llegamos al famoso "Púlpito", no voy a contar la sensación, no sería capaz de explicarla, cuando llegamos allí, comprendimos que intentar explicar esto con palabras era una tarea inutil.
Seguimos nuestro camino por las carreteras noruegas, estas merecen un capitulo aparte, la enorme repetuosidad de sus conductores, lo estrechas de sus carreteras donde encontrarse un coche de frente es un juego de tetris, las enormes infraestructuras de un pais tan grande para 5 millones de habitantes, puentes, tuneles sin fin, tuneles con desvíos, con rotondas, con subidas en espiral para subir una montaña etc. es impresionante.
En este enlace Peajes en Noruega te explican como moverse en coche y ferry y como lo que tienes que hacer, te tienes que dar de alta y no preocuparte de pagar nada, ni tan siquiera los ferrys, pues todo se hace con cámaras que registran tu paso por alli, luego te mandan al mes la factura claro. Nosotros no hemos llegado a saber como son las monedas o billetes noruegos, nada se paga en efectivo. Las carreteras noruegas tienen una curiosidad, de repente la carretera se acaba y llegas a un muelle de embarque de un ferry, esperas al siguiente, te subes y te bajas al otro lado del fiordo donde continúa la carretera, incluso el navegador te lo indica así.
La iglesia de madera de Roldal, del siglo XIII y en la localidad del mismo nombre.
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