miércoles, 22 de febrero de 2017

Corredores Cuerda de las Buitreras


Subir, subir
Subir, seguir subiendo,ir más arriba, intentar llegar a lo más alto, como si no hubiese descanso hasta llegar al final, y cuando los árboles se acaban, cuando  sigues subiendo y los arbustos   desaparecen, cuando ya sólo  hay hierba y sigues ganando altura, cuando ya no hay flores, ni ramas, ni vegetación, aparece un paisaje diferente a nuestros ojos,un mundo lleno de luz, despejado a los ojos, solo apto para los que se esforzaron en alcanzar su altura, con una visión lejana y clara de todo lo que hay debajo, que son el resto de las cosas.



Jugando por la Cuerda de las Buitreras
Siempre que pasábamos por allí, girábamos la mirada hacia este lugar, ¿que hay ahí arriba?. Confieso que no tengo información de los corredores de este lugar, que seguro que por algún sitio se pueden encontrar.
Con estas inseguridades, no subimos para ver que nos encontrábamos y que podíamos hacer. Nos encontramos un montón de pequeños corredores de 20 o 30 metros, cambiantes y diferentes entre si, mixtos, sinuosos, rectos etc., el sitio perfecto para pasar una mañana de juegos y divertirnos entre la nieve.




Así que Viki, Javi y yo nos dedicamos durante esa mañana, a jugar en este "patio de nuestro recreo".


Desde La Barranca, subimos hasta la fuente de Las Campanillas, subimos unos diez minutos más y ya vemos a nuestra izquierda la cuerda de las Buitreras. Subir por donde queráis, está empinado pero se sube zigzagueando con cierta comodidad.
Cuando lleguéis allí y dependiendo del estado de la nieve, veréis diferentes y divertidas posibilidades.
  






























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